viernes, 14 de enero de 2011

Maldito terco.


 Eres como una mula.

 Has dormido poco. Estrés. Arena, un calor infernal, tu espalda molida. Tu cuello. Sed como no la has sentido nunca, deshidratado.

 Apareces atravesando una nube de polvo, como si hubieras venido huyendo del mismísimo infierno empujado por la furia del motor de tu obstinación suicida.

Eres tu contra ti mismo.

Agotado, al límite y dices que te sientes... ¡vivo!

¿Qué quieres que te diga? si no tienes remedio....

; )


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